Con muchos metros de papel plata, hemos convertido la habitación de Lelo en un precioso palacio en el corazón de Madrid en una fantasía futurista. Nuestras compis arrugaron su textura para crear pliegues y arrugas que trepaban por las paredes y el cabecero de la estancia. Aquí van unas fotitos para que podáis ver el resultado.
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